Los jugadores de fútbol suelen pasar por diferentes estadios de comprensión del juego a lo largo de sus años como futbolistas, y cada etapa nos permite entender qué nivel de comprensión del juego tienen sobre el juego en función de sus comportamientos.
MBP Coaches’ School (2014) diferenció 4 etapas diferentes por las que pasan los jugadores durante su proceso formativo. Esas etapas son: la egocéntrica 0, la egocéntrica, la sumativa y la colectiva. No obstante, no todos pasarán por todas ellas, ya que habrá jugadores que no pasarán por la primera u otros que no llegarán a la colectiva, cada uno por diferentes motivos.
¿Y por qué dividir el proceso en etapas? Pues porque cada una nos permite saber qué nivel de comprensión del juego tienen los jugadores en cada momento de su desarrollo. Es decir, podremos saber qué conocimiento tienen de este deporte viendo su conducta durante el juego; si tienden a jugar de forma individual o se asocian con sus compañeros; si actúan para su propia participación o para favorecer el colectivo. Para ello, es clave saber qué características presenta el jugador en cada una de estas etapas.
1. Etapa egocéntrica 0
Suelen ser niños de edades muy tempranas (entre los 4 y los 7 años normalmente) que han practicado muy poco deporte o actividad física, por lo que presentan muchas dificultades coordinativas. Además, es habitual que estos niños no conozcan las normas del fútbol y, por tanto, no entienden en qué consiste el juego.
También tienen una concepción muy individualista del juego, procurando únicamente por su protagonismo. El balón es el centro de atención en todo momento, por lo que buscan mantenerlo el mayor tiempo posible en su posesión o agruparse alrededor de este para recuperarlo rápidamente, lo que hace que el juego se vuelva desorganizado.
2. Etapa egocéntrica
A diferencia de la etapa anterior, los jugadores empiezan, progresivamente, a separarse del balón, tanto en ataque como en defensa, lo que les permite poder aplicar nuevos comportamientos en el juego. No obstante, sigue prevaleciendo la voluntad de ser protagonista, por lo que aún buscará tener el balón el mayor tiempo posible en detrimento de asociarse correctamente con sus compañeros en la mayoría de las situaciones del juego.
Es por ello por lo que esta etapa tendrá como objetivo principal introducir a los jugadores en la práctica más específica del fútbol a través de conceptos tácticos individuales y colectivos simples, que les permitan entender mejor el juego, aunque manteniendo un enfoque individual de su desarrollo, especialmente en sus habilidades con el balón.
3. Etapa sumativa
La etapa sumativa comparte el mismo objetivo que la egocéntrica, es decir, introducir a los jugadores en la práctica más específica del fútbol a través de conceptos básicos individuales y colectivos que les permitan entender mejor el juego. Sin embargo, en esta etapa se introducirá la actuación del niño con los compañeros y los adversarios (Lasierra y Lavega, 1993). Es decir, podremos identificar un juego más asociativo que en la etapa anterior, donde el jugador estará mucho más participativo incluso cuando no se encuentre cerca del balón.
4. Etapa colectiva
El último eslabón en el proceso de formación del jugador se encuentra esta etapa. Se trata del momento óptimo para la especialización y el conocimiento profundo de conceptos más específicos del fútbol, ya que requiere de un alto nivel de eficacia en el juego, tanto individual como colectivamente. Dentro de la etapa colectiva encontramos dos períodos: el de tecnificación (colectiva I) y el de rendimiento (colectiva II).
El período de tecnificación tiene como objetivo el perfeccionamiento de acciones técnicas y tácticas colectivas, además del desarrollo de las capacidades físicas básicas del juego (Ardá y Casal, 2003).
Por su parte, el período de rendimiento tiene como principal objetivo el de potenciar las acciones que el jugador manifiesta con un alto nivel de eficacia y, a su vez, eliminar sus acciones deficientes o que no representan ningún beneficio para el juego del equipo. Por tanto, la inmersión del jugador dentro de la colectividad llega a su máximo esplendor cuando es capaz de alcanzar la última etapa de su proceso.
Por tanto, la división del proceso formativo en diferentes etapas nos permitirá poder identificar mejor el nivel de comprensión del juego de nuestros jugadores y, con ello, ajustar los contenidos de entrenamiento que deberán consolidar en cada etapa para favorecer sus habilidades y capacidad cognitiva.