La figura del portero en el fútbol actual ha adquirido una importancia sin precedentes. En un juego en constante evolución, el guardameta se ve cada vez más involucrado en todas las fases del partido, tanto en ataque como en defensa, y su papel táctico varía según diversos factores.
El perfil del portero en el fútbol actual se ve fuertemente influenciado por el modelo de juego del propio equipo y el estilo de juego de la competición en la que participa. Esto determina las funciones tácticas que desempeña y la frecuencia con la que interviene durante un partido.
El estilo de juego propuesto por su equipo tiene un impacto directo en su actuación, tanto en aspectos ofensivos como defensivos.
Por ejemplo, si su equipo asume la iniciativa en el juego y adopta un estilo de juego combinativo y de presión alta, es probable que el portero intervenga más frecuentemente durante la fase ofensiva, pero menos durante las fases defensivas del partido.
Por otro lado, si el equipo opta por un juego orientado al contraataque o al juego directo, defendiendo de forma más conservadora cerca de su propia portería, probablemente el portero se verá involucrado en un mayor número de intervenciones debido a que el balón estará más cerca de su área de actuación.
Además, el modelo de juego define los tipos de intervenciones más comunes que realiza el portero, lo que implica adaptar los contenidos de entrenamiento para fortalecer los aspectos relevantes para el juego del equipo. Sin embargo, también es importante desarrollar habilidades menos habituales debido a la diversidad y riqueza del juego.
En el ámbito del alto rendimiento, es crucial que el portero esté preparado para enfrentar nuevos modelos o estilos de juego impuestos por entrenadores con ideas innovadoras. Cada estilo de juego requiere habilidades específicas del portero, como el manejo del juego de pies o el control del espacio libre detrás de la defensa.
Asimismo, dos factores fundamentales deben considerarse al analizar el rendimiento del portero: la coordinación de calidad y la táctica adquirida. Estos aspectos permiten al portero participar en un mayor número de acciones tanto en la fase ofensiva como en la defensiva. Si el portero demuestra competencia en estas áreas, asumirá una mayor responsabilidad en el juego del equipo.
Otro punto que condicionara el perfil del portero será el nivel de juego de los equipos rivales y de la liga. En función de estos dos aspectos, las acciones específicas que deberá realizar serán unas u otras.
Por ejemplo, si el equipo compite en una competición como la Premier League, será fundamental que el portero domine el juego aéreo, ya que gran parte de los ataques rivales son a través de juego directo y centros laterales.
Por ello, el portero debe adaptarse y desarrollar las habilidades necesarias para tener éxito.