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Los aspectos aptitudinales del entrenador de éxito

En el mundo del deporte, el papel del entrenador es fundamental para el desarrollo de los futbolistas y el éxito colectivo del equipo. Más allá de los conocimientos tácticos y estratégicos, existen aspectos aptitudinales que definen a un gran entrenador.

Estas habilidades y características personales son clave para liderar, motivar y sacar lo mejor de los jugadores. En este artículo, exploraremos los aspectos aptitudinales más relevantes que un entrenador debe poseer para alcanzar el éxito deportivo.

Inteligencia Emocional:

La inteligencia emocional es crucial para un entrenador, ya que implica la capacidad de comprender y gestionar las emociones propias y de los jugadores. Un técnico con alta inteligencia emocional es capaz de mantener la calma en situaciones de presión, tomar decisiones acertadas y gestionar los conflictos internos del equipo. Además, la empatía y la habilidad para comunicarse de manera efectiva son cualidades que permiten al entrenador establecer relaciones sólidas con sus jugadores, generando confianza y motivación.

Autores como John D. Mayer y Peter Salovey reconocidos por su trabajo en el campo de la inteligencia emocional, han identificado y desarrollado un modelo de habilidades emocionales que incluye las siguientes competencias:

  1. Percepción emocional: La capacidad de reconocer y comprender las propias emociones y las emociones de los demás. Esto implica ser consciente de las señales emocionales, tanto verbales como no verbales, y comprender su significado.

  2. Facilitación emocional: La habilidad para generar y utilizar las emociones para facilitar el pensamiento y la toma de decisiones. Esto implica utilizar las emociones de manera efectiva para impulsar la motivación, la creatividad y el rendimiento.

  3. Comprensión emocional: La capacidad de comprender y analizar las emociones, identificando las causas y las consecuencias de las mismas. Implica tener una perspectiva más profunda sobre las emociones y cómo afectan nuestras acciones y relaciones.

  4. Regulación emocional: La habilidad para gestionar y regular las propias emociones. Esto incluye la capacidad de manejar el estrés, controlar impulsos, adaptarse a situaciones cambiantes y manejar eficazmente las emociones negativas.

En resumen, la inteligencia emocional es crucial para los entrenadores, ya que les permite comprender y gestionar las emociones, establecer relaciones sólidas con los jugadores y tomar decisiones acertadas.

Liderazgo:

Un entrenador exitoso debe ser un líder en el campo y fuera de él. La capacidad de inspirar y motivar a los jugadores es esencial para lograr un rendimiento óptimo. Un líder debe establecer metas claras, transmitir una visión compartida y fomentar la cohesión y el trabajo en equipo.

Además, un buen líder debe ser un ejemplo a seguir, demostrando integridad, ética y respeto tanto hacia sus jugadores como hacía el juego.

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Un entrenador está continuamente tratando con personas, motivo por el cual es vital atender a las relaciones interpersonales de manera cordial, sobre todo en la competición. Asimismo, puede demostrar con muchos comportamientos que presta atención a dichas relaciones.

Por ejemplo: saludando al equipo rival y al árbitro antes y después del partido independientemente del resultado final; no protestando las decisiones arbitrales o manteniendo el contacto físico y visual con los jugadores cada vez que hable con alguno de ellos individualmente.

De este modo transmitirá confianza y seguridad, no hará juicios de valor y no alterará su conducta en función del resultado, el cual no es, en ningún caso, un indicador útil para valorar el aprendizaje del equipo.

Comunicación:

La comunicación efectiva es un aspecto fundamental en el rol del técnico. Un entrenador debe ser capaz de transmitir claramente sus ideas, instrucciones y retroalimentación a sus jugadores. La capacidad de adaptar su estilo de comunicación a cada jugador, comprendiendo sus necesidades individuales, es crucial para maximizar el rendimiento y el desarrollo de cada integrante del equipo. Además, un buen entrenador debe ser un oyente activo, fomentando la participación y el diálogo abierto.

Reforzando esa afirmación se encuentra Lago (2018), quien resalta la importancia de aprender a comunicar. El mismo autor hace referencia al concepto de escucha activa, que significa “adaptar el estilo comunicativo para que la otra persona se sienta más cómoda”.

En el caso de los niños es importante buscar la empatía acercándose a ellos y no al revés, ya que es muy distinto comunicarse con ellos que con personas adultas.

Asimismo, Lago (2019) afirma que el entrenador tiene que llegar al jugador. ¿Cómo? Pues tratando a cada uno en función de lo que necesita y no tanto de lo que pide. Es decir, hay que conectar sus objetivos individuales con sus necesidades, ya que todo el mundo da lo mejor de sí cuando sus necesidades íntimas están bien cubiertas. Por lo tanto, y según el mismo autor, el hecho de establecer objetivos es una buena manera de comprometerse más con lo que uno hace.

Siguiendo con la relación entre entrenador y el equipo, Lago (2019) afirma que la comunicación no verbal significa el 55% de lo que se comunica. En consecuencia, no solamente es importante lo que se dice, sino también cómo se traslada eso a los demás.

Resolución de problemas:

El mundo del deporte está lleno de desafíos y obstáculos. Un entrenador exitoso debe tener habilidades sólidas para la resolución de problemas. Esto implica la capacidad de analizar situaciones complejas, tomar decisiones rápidas y efectivas, y adaptarse a diferentes escenarios.

Un entrenador con habilidades de resolución de problemas también es capaz de identificar las fortalezas y debilidades del equipo, diseñando estrategias y entrenamientos específicos para mejorar el rendimiento general.

Varios autores han propuesto herramientas y enfoques para mejorar la aptitud de resolución de problemas en el ámbito deportivo. Algunos de los más relevantes son:

Joan Vickers: Como experta en psicología del deporte, Vickers ha desarrollado el enfoque de “Quiet Eye” (ojo tranquilo) para mejorar la toma de decisiones y la resolución de problemas en el deporte. Esta técnica se basa en la idea de que mantener la atención visual en un punto crítico por un período prolongado de tiempo ayuda a reducir la interferencia y mejorar la precisión en la toma de decisiones.

Damian Hughes: Hughes es conocido por su trabajo en psicología deportiva y liderazgo. Ha propuesto el enfoque de “liquid thinking” (pensamiento líquido) como una forma de mejorar la resolución de problemas en el deporte. El pensamiento líquido implica ser flexible, adaptarse rápidamente a las circunstancias cambiantes y estar dispuesto a abandonar estrategias que no están funcionando.

Estos son solo algunos ejemplos de autores que han propuesto herramientas y enfoques para mejorar la aptitud de resolución de problemas en el deporte. Cada uno de ellos ofrece perspectivas y técnicas únicas que pueden ser útiles para los entrenadores que buscan mejorar sus habilidades en esta área.

Conclusión

Los aspectos aptitudinales son un componente esencial para el éxito de un entrenador en el ámbito deportivo. La inteligencia emocional, el liderazgo, la comunicación efectiva y la resolución de problemas son habilidades que definen a un entrenador excepcional. Al desarrollar y cultivar estos aspectos, un técnico puede maximizar el potencial de sus jugadores, fomentar un ambiente de trabajo positivo y alcanzar el éxito deportivo.

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