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Los fundamentos específicos y su obtención

En el mundo del fútbol, es fundamental contar con habilidades y respuestas óptimas para enfrentar situaciones recurrentes que se presentan en el juego. Estas respuestas se conocen como fundamentos específicos y son la clave para el éxito individual y colectivo de un equipo.

Los fundamentos específicos se dividen en tres categorías: Fundamentos Individuales por Demarcación (FID), Fundamentos Grupales de Línea (FGL) y Fundamentos Colectivos Universales (FCU).

Cada uno de estos fundamentos aborda situaciones que afectan a un jugador específico, a una línea de jugadores o a todo el equipo, respectivamente (MBP 2019).

Los FID se centran en las respuestas óptimas de jugadores en roles específicos, como defensas centrales, laterales, medios centros, extremos/volantes, medias puntas y delanteros. Estos fundamentos ayudan a los jugadores a desenvolverse mejor en situaciones recurrentes en su posición.

Los FGL se refieren a las respuestas óptimas de un grupo de jugadores que se encuentran en una línea del equipo, coordinando sus acciones simultáneamente o compartiéndolas.

Por último, los FCU son respuestas óptimas generalizadas para todo el equipo, dependiendo del sector del campo y la fase de juego (ofensiva o defensiva). Estos fundamentos son cruciales para lograr una cohesión y coordinación efectiva en el equipo.

Ahora bien, ¿cómo podemos identificar estos fundamentos específicos?

El análisis se realiza mediante el método observacional, con el objetivo de recopilar información sobre las conductas perceptibles en contextos reales de juego.

Este método permite captar directamente la información de los jugadores en entrenamientos y competiciones, sin dar indicaciones de cómo deben actuar para no influir en sus respuestas.

La metodología observacional consta de cuatro etapas: delimitación del problema y propuesta del diseño observacional, recogida y gestión de datos, análisis de datos e interpretación de resultados.

Primera etapa: Identificar las situaciones recurrentes que se pretenden resolver y se propone un diseño observacional adecuado.

Segunda etapa: Recopilar los datos observando las situaciones y las respuestas más comunes de los mejores jugadores del mundo.

Tercera etapa: Analizar los datos estadísticamente para determinar cuál de las respuestas es la óptima, basándose en su porcentaje de acierto.

Cuarta etapa: Interpretar los resultados y se obtiene el fundamento específico que mejor resuelve la situación planteada.

Es importante tener en cuenta que estos fundamentos específicos no son una receta infalible, ya que los jugadores también pueden utilizar otras acciones adquiridas a través de su experiencia para resolver situaciones similares. Sin embargo, estos fundamentos proporcionan una base sólida para el entrenamiento y el desarrollo.

En resumen, los fundamentos específicos son respuestas óptimas a situaciones de juego recurrentes, obtenidas a través del método observacional. Estos fundamentos brindan a los jugadores habilidades específicas para resolver situaciones comunes en el campo.

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