Las actitudes que adopta un entrenador frente a los distintos escenarios a los que se enfrente, es clave. ¿Te has preguntado qué tipo de mensajes utilizas con tus jugadores? ¿Cómo actúas frente a sus comportamientos? ¿Refuerzas los errores o los penalizas?
Todas estas preguntas nos las deberíamos hacer con el objetivo de tener un mayor autoconocimiento, clave para seguir mejorando la comunicación y conducta en partidos y entrenamientos.
Actualmente existen instrumentos para evaluar la comunicación de los entrenadores y obtener así resultados que nos puedan orientar sobre cómo comunicar y actuar con nuestros jóvenes deportistas. Al final de este artículo te compartimos el Coaching Behaviour Assessment System (CBAS)*, un instrumento de evaluación de la conducta del entrenador que se lleva a cabo a partir de la observación de la actuación de estos durante los partidos, aunque también es aplicable en entrenamientos. En este caso, el instrumento clasifica las conductas en reactivas y espontáneas.
Veamos las 5 actitudes que puede adoptar el entrenador:
1. Actitud pasiva
Es aquella actitud que adopta el entrenador cuando no transmite ningún feedback ni mensaje, es decir, se caracteriza por la ausencia de información. Eso no necesariamente será negativo, ya que permitirá poder prestar más atención a los comportamientos de los jugadores y tener más tiempo de reflexión sobre sus conductas. Ahora bien, es recomendable acompañar los momentos de análisis con una reflexión posterior con los jugadores que permita sacar conclusiones conjuntamente.
En caso de no acompañar esa actitud pasiva con información a posteriori, podemos correr el riesgo de que los jugadores pierdan la oportunidad de reflexionar sobre aquello que acaban de hacer. Por eso será importante que, como entrenadores, estemos activos a nivel observacional y reflexivo cuando estemos adoptando esa actitud.
Imagen 1. El entrenador se encuentra en el perímetro de la tarea, observando y analizando los comportamientos de los jugadores, pero sin transmitir ningún mensaje. Fuente: Coaches’ voice
2. Actitud reactiva
Se da cuando el entrenador transmite un mensaje justo después de que ocurra una acción determinada en el juego. Hay que decir que es una de las más utilizadas, pero ¿cuándo es mejor corregir? ¿Después de un error o de un acierto? Teniendo en cuenta que después de un error el jugador puede adoptar una actitud pasiva hacia la escucha, es muy recomendable que la corrección se dé después de un acierto, ya que estará más abierto a descubrir cómo volver a acertar. Por ejemplo: “buena conducción de balón hacia el espacio libre, María”, o “Muy bien, ¿Te has fijado en qué parte del pie has utilizado para dar el pase?”.
3. Actitud proactiva
Consiste en dar un mensaje o información antes de que ocurra una determinada acción. Para ello, el entrenador debe seguir el juego con mucha atención para ser capaz de anticipar qué acciones pueden suceder en relación con los contenidos trabajados en la tarea. Por ejemplo: si estamos entrenando el control orientado hacia el espacio libre, deberemos prestar atención, no solo al jugador que tiene el balón, sino también a los posibles receptores para podernos anticipar a la acción del control orientado y preparar al receptor para centrar su atención en ello. “¿Has visto donde tienes más espacio? Si recibes el balón, ¿Hacia dónde vas a orientar el control?”.
4. Actitud delegativa
Esta actitud implica la organización del cuerpo técnico y del equipo para darles funciones y que podamos focalizarnos en el objetivo principal de las tareas o del partido. Es una actitud muy útil, ya que transmite confianza a las personas implicadas y las hace partícipes del proceso. De lo contrario, sería muy difícil de que el entrenador pudiera controlarlo todo. Se trata, por ejemplo, de que el asistente controle la duración de la tarea y la puntuación, los jugadores se encarguen de recoger el material o de que un ayudante lleve el calentamiento previo al partido.
Imagen 2. Entrenador principal delegando tareas a su asistente durante la sesión de entrenamiento. Fuente: MBP
5. Actitud negativa
Esta actitud se refiere a mensajes con información punitiva o de castigo frente a una determinada acción o error de un jugador. Es una actitud que recomendamos evitar, especialmente durante el período de formación, ya que puede dañar la autoestima y confianza de los jugadores.
Por tanto, queda claro que las actitudes que debemos promover son las reactivas, proactivas y delegativas, las cuales favorecen el aprendizaje de nuestros jugadores. En cambio, actitudes negativas deben ser evitadas en cualquier circunstancia, ya que no ayudan al jugador.
Imagen 3. Resumen de las principales actitudes del entrenador. Fuente: MBP
*Pulsa aquí para descargarte el Coaching Behaviour Assessment System.
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