Francisco Seirul·lo es uno de los referentes en el ámbito del entrenamiento en el fútbol moderno. Fue director de metodología del FC Barcelona durante muchos años, siendo la figura más representativa de lo que actualmente se conoce como entrenamiento estructurado.
El entrenamiento estructurado se considera un proceso único de optimización del deportista, buscando la mejora y optimización de su rendimiento. Con ello, Seirul·lo plantea que el futbolista debe entenderse como una estructura compleja formada por 8 estructuras o dimensiones que interactúan entre sí, las cuales permiten un abordaje integral del entrenamiento, más allá del enfoque físico tradicional.
Eso significa que entrenando una estructura del jugador se incide en el resto porque todas están integradas y se manifiestan en el juego. Por eso es importante tener en cuenta, más que las características aisladas de los jugadores, la forma en que estos se relacionan con su entorno competitivo para, así, moldearlo en la medida de lo posible para que potencie sus principales virtudes, habilidades y capacidades.
Las principales estructuras que define Seirul·lo son:
1. Estructura coordinativa
Implica el desarrollo de destrezas motoras y la capacidad de adaptarse a cambios rápidos y variados en el entorno deportivo a través de las habilidades motrices con y sin balón. Por ejemplo, permite al futbolista ejecutar acciones con precisión, como controlar un pase difícil, conducir el balón para superar una presión rival o cambiar de dirección y acelerar rápidamente para evitar ser superado en un duelo de uno contra uno.
Por ello, es una estructura que se encuentra en varios perfiles de jugadores de cualquier demarcación, desde el portero hasta el delantero centro.
Figura 1. Ejemplos de acciones vinculadas con la estructura coordinativa según las diferentes demarcaciones y perfiles de jugadores en cada una. Fuente: MBP Coaches’ School
2. Estructura cognitiva
Hace referencia a los procesos mentales del futbolista: percepción, atención, anticipación, toma de decisiones y memoria. Es decir, a la interpretación y comprensión del juego en general y de “nuestro juego” en particular. Por ejemplo, permite al jugador leer lo que pasa en el campo, anticiparse a las jugadas y decidir qué hacer en cada momento.
Al igual que la estructura condicional, la cognitiva se encuentra presente en muchos de los perfiles de cada demarcación en diferentes situaciones de juego:
Figura 2. Ejemplos de acciones vinculadas con la estructura cognitiva según las diferentes demarcaciones y perfiles de jugadores en cada una. Fuente: MBP Coaches’ School
3. Estructura condicional
Relacionada con el desarrollo de habilidades físicas básicas, como la fuerza, la resistencia y la flexibilidad. Desde la nueva perspectiva de entrenamiento, esa estructura va a estar siempre presente en cualquier acción de juego, ya que es la base que permite sostener el esfuerzo durante el partido, ganar duelos, llegar antes que el rival o mantener intensidad.
Figura 3. Ejemplos de acciones vinculadas con la estructura condicional según las diferentes demarcaciones y perfiles de jugadores en cada una. Fuente: MBP Coaches’ School
4. Estructura socioafectiva
Se enfoca en el desarrollo de habilidades interpersonales y en el fortalecimiento de las relaciones dentro y fuera del equipo. Es decir, cómo el futbolista interactúa con sus compañeros. Como es lógico, será muy importante la coordinación entre jugadores de una misma línea e incluso de una misma zona para potenciar el rendimiento colectivo del equipo. A pesar de su importancia, no se destacará en tantas demarcaciones como las estructuras anteriores.
Figura 4. Ejemplos de acciones vinculadas con la estructura socioafectiva según algunas demarcaciones y perfiles de jugadores en cada una. Fuente: MBP Coaches’ School
5. Estructura emotivo-volitiva
Esa estructura implica el desarrollo de la autoconfianza, la perseverancia, la resiliencia y la capacidad de enfrentar los desafíos y superar las adversidades. Dentro de esa estructura, la voluntad tiene un rol preponderante, y la misma es considerada como condición indispensable para “todo”. Para ello se tendrán varios aspectos en cuenta: intencionalidad, deseo, predisposición, compromiso, emoción, optimismo y motivación. Por ejemplo, permite al jugador mantener la calma bajo presión, reaccionar ante la adversidad y persistir en momentos difíciles.
Figura 5. Ejemplos de acciones vinculadas con la estructura emotivo-volitiva según algunas demarcaciones y perfiles de jugadores en cada una. Fuente: MBP Coaches’ School
6. Estructura bioenergética
Son aspectos relacionados con el metabolismo, como la resistencia aeróbica, la capacidad anaeróbica, la recuperación y la optimización del rendimiento energético. Se relaciona con el aporte de energía en función del esfuerzo al cual se expone el deportista en una situación determinada. Es decir, el jugador necesita energía para tomar decisiones y llevarlas a cabo. En ese sentido, se verá reflejada en pocos perfiles de jugadores, destacando especialmente aquellos que son capaces de mantener grandes esfuerzos durante todo el partido.
Figura 6. Ejemplos de acciones vinculadas con la estructura bioenergética según algunas demarcaciones y perfiles de jugadores en cada una. Fuente: MBP Coaches’ School
7. Estructura creativo-expresiva
esa estructura se asocia a la capacidad de reconocer patrones ocultos. De esta manera se colabora a que el jugador abra la mente a nuevas posibilidades y, por lo tanto, a nuevas resoluciones. Así, el nuevo conocimiento que adquiere le permitirá autoorganizarse sobre las nuevas situaciones de incertidumbre y variabilidad a la que se exponen y generan nuevas formas de solucionar nuevas situaciones.
Esto indica la necesidad de construir y potenciar sujetos inteligentes, creativos, capaces de crear disrupción y sorpresa en algún momento y de entender las sorpresas de sus compañeros (socio-afectividad) en otros (Castaños, 2017). Por lo cual, el sujeto se vuelve menos previsible e incorpora, a través de diferentes tareas, un mayor número de recursos ante el entorno cambiante en el que se desenvuelve (competencia). Se ve en regates imprevistos, pases sorpresivos o remates inverosímiles en situaciones complejas.
Figura 7. Ejemplos de acciones vinculadas con la estructura creativo-expresiva según algunas demarcaciones y perfiles de jugadores en cada una. Fuente: MBP Coaches’ School
8. Estructura mental
Esa estructura se refiere a las formas que afectan al jugador, las denominadas situaciones no previstas, y cómo este supera el nuevo escenario desconocido que no formaba parte de su planificación mental. Todo este desencadenamiento de acciones emergentes surge mientras se encuentra el balón en juego, es decir, en plena competición, por lo que Esa estructura convive e interacciona de manera funcional con las demás. No es propia de unas demarcaciones en concreto, sino que se vincula directamente con la personalidad de cada jugador. No obstante, es habitual que aparezca en algunas posiciones.
Figura 8. Ejemplos de acciones vinculadas con la estructura mental según algunas demarcaciones y perfiles de jugadores en cada una. Fuente: MBP Coaches’ School
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