La etapa de João Félix como jugador del Atlético de Madrid ha finalizado la presente temporada. El portugués ha hecho las maletas dirección Londres para jugar lo que resta de curso en el Chelsea FC de Graham Potter.

El Menino de Oro nunca encajo con la idea de juego de su ya ex entrenador Diego Pablo Simeone. A pesar de haber protagonizado buenos momentos durante las tres temporadas y media que ha permanecido en la entidad madrileña, el futbolista ha decidido emprender una nueva aventura en busca de un contexto que le beneficie con respecto el perfil de jugador que es y su forma de jugar.

Una vez contextualizado el análisis, desde MBP School of Coaches vamos a destacar qué pierde el Atlético de Madrid con la marcha de João Félix al conjunto inglés, basándonos en lo mostrado todo este tiempo como rojiblanco.

Análisis

João Félix nunca se caracterizó por tener una demarcación fija en los equipos del Cholo. Éste fue jugando como delantero centro cuando se usaba una estructura base de dos puntas, o extremo izquierdo cuando Simeone apostaba por una línea de 3 arriba.

No obstante, la propia naturaleza incentivada por su estructura socio-afectiva, le impulsaba a moverse por todo el frente de ataque rival, buscando así asociarse con sus compañeros y generar sinergias positivas que les permitiera resolver situaciones a nivel colectivo con mayor efectividad.

Gracias a ello, el portugués conseguía dar fluidez ofensiva al juego del conjunto rojiblanco ofreciendo siempre una línea de pase en progresión, ya fuese en la fase organizativa, o en transición defensa-ataque.

Además, la inteligencia táctica del jugador le permitía ubicarse en los intervalos, ya sean estos intralineales o interlineales, consiguiendo así poder recibir con el suficiente espacio/tiempo para poder realizar la acción posterior con éxito.

Del mismo modo, cuando este actuaba como extremo, la tendencia del jugador era reducir la altura en profundidad, para así ayudar en la construcción del juego de su equipo.

Por otro lado, el luso también se convirtió en un fantástico asistente para sus compañeros cuando partía desde el costado. Una vez el balón se adentra en la zona de finalización, João ejecutaba de forma fascinante el fundamento universal de “realizar pases con ventaja” hacia los jugadores más adelantados. Gracias a ello, el delantero conseguía dejarles en posiciones de favorables con respecto la portería rival.

Finalmente, además de su faceta como organizador del juego y asistente, el portugués también aportó gol. Sin ser un goleador al uso, João consiguió un total de 34 goles en sus 131 partidos disputados.

Además, durante este tiempo en el conjunto colchonero, el luso evoluciono en la forma en la de lograr los goles. En sus dos primeras temporadas, los tantos conseguidos provenían de acciones individuales.

En cambio, a partir del tercer curso con los rojiblancos, el jugador fue más colectivo en sus comportamientos en el último tercio de campo. A diferencia de los primeros años, el futbolista fue el encargado de terminar las jugadas ejecutadas por sus compañeros. Por lo tanto, la evolución como finalizador de João consiguió potenciar la figura del resto de integrantes de su equipo que le rodeaban.

Conclusión

Todos los jugadores necesitan un contexto apropiado a su alrededor para poder brillar en su máximo esplendor. En este caso, ni João Félix ha sabido encontrar su propio espacio en la entidad rojiblanca con el estilo de juego que quería implantar su ex técnico, ni tampoco Diego Pablo Simeone han conseguido encontrárselo. Veremos si el portugués consigue encontrar su lugar en la capital inglesa consiguiendo sacar a relucir todo su potencial.