En la metodología MBP definimos una gran cantidad de estrategias didácticas (ED) buscando ofrecer siempre el contexto adecuado para cada contenido y consigna objetivo. Una de las más conocidas para el público en general son los juegos de posesión.

Dentro de este tipo de tarea están implicadas las cuatro fases del juego, por lo que la dinámica y lógica interna del juego se ven favorecidas para trabajar cualquiera de las fases, contenidos y consignas que se quieran desarrollar.

Además, los juegos de posesión pueden ser utilizados para desarrollar las diferentes estructuras que configuran al futbolista.

1. Estructura coordinativa: Se puede influir en el desarrollo de los fundamentos básicos individuales del jugador, reproduciendo de forma específica ciertos movimientos, gestos y habilidades coordinativas.

2. Estructura condicional: Los juegos de posesión nos permiten dar una orientación a la tarea priorizando un trabajo de resistencia, fuerza y velocidad específica del juego según los constreñimientos utilizados dentro de la misma.

3. Estructura cognitiva: Si queremos dar preferencia táctica a la tarea, se deberá asegurar la calidad contextual de una forma adecuada y ajustada al nivel del equipo, consiguiendo así, favorecer el aprendizaje de los contenidos principales como: los fundamentos básicos individuales, fundamentos básicos colectivos y los fundamentos colectivos universales.

4. Estructura creativo-expresiva: Al ser ya una tarea específica y de carácter global, dará una mayor libertad al jugador respecto a otro tipo de estrategias didácticas más analíticas o dirigidas, permitiendo así incrementar la creatividad en las acciones de los futbolistas. 

Otro de los factores positivos de la presente estrategia didáctica, es el aumento de la motivación de los jugadores. Estar en constante participación con balón, incrementa el aliciente del futbolista con respecto a la tarea.

No obstante, los juegos de posesión también tienen ciertas desventajas respecto a otras estrategias didácticas.

1. El principal inconveniente reside en el libre posicionamiento de los futbolistas. Esto conlleva que la ED no tenga una especificidad 100%, ya que los jugadores pueden moverse libremente por todo el espacio.

2. El desarrollo de ciertos contenidos no tienen una transferencia real. El hecho de no disponer de porterías, provoca que la conducta en el juego se vea desvirtuada.

Por último, dentro de los juegos de posesión encontramos dos tipos de posesiones distintas: las posesiones no polarizadas; y las posesiones polarizadas. 

En función del tipo de posesión que se priorice trabajar, y de cómo está esté condicionada, la forma de entrenar el contenido será totalmente distinta. 

Por ejemplo, si queremos trabajar el concepto de presión tras perdida de balón, si queremos entrenarlo de forma genérica sin una direccionalidad especifica, se deberá realizar mediante una posesión no polarizada. En cambio, si el objetivo es darle una direccionalidad al contenido a entrenar, se deberá de trabajar mediante una posesión polarizada.

Para finalizar, adjuntamos un ejemplo de juego de posesión de preferencia cognitiva donde el objetivo es trabajar el fundamento básico colectivo de abrir líneas de pase con la consigna de “abrir líneas de pase constantemente”.