El ser humano es considerado como un organismo constituido por estructuras que interaccionan dinámicamente entre sí, con la finalidad de evolucionar. Un pequeño cambio en alguna de ellas afectará directamente al resto.
Como consecuencia de este enfoque, el jugador de fútbol también estará compuesto por una serie de estructuras, estando estas directamente relacionadas entre ellas y con los factores determinantes del rendimiento en el fútbol.
De todas las estructuras, aunque siempre operan de forma conjunta, la cognitiva predomina por encima del resto. Es por eso que el fútbol es considerado como un deporte de preferencia estructural cognitiva, relacionada esta con el componente de rendimiento táctico.
¿POR QUÉ EL FÚTBOL ES CONCEBIDO COMO UN DEPORTE DE PREFERENCIA TÁCTICA?
El fútbol se relaciona de forma directa con el modelo de procesamiento de la información, en el cual los mecanismos de percepción y decisión siempre están activos un 100% del tiempo del juego. Incluso cuando el jugador no está en contacto con el balón, que es más del 90% del tiempo de juego.
Si hacemos referencia a los 4 roles que hay en el fútbol; atacante con balón, atacante sin balón, defensor del atacante con balón y defensor del atacante sin balón, observamos como los mecanismos de percepción y de toma de decisión siempre están interviniendo.
En cada uno de ellos el jugador/a debe identificar la situación del juego, buscando aquellos aspectos del juego que le permitan actuar, es decir, determinar el “qué hacer” y el “cómo hacerlo”, lo que le lleva a una toma de decisión previa a dicha ejecución.
En cambio, si nos fijamos en los mecanismos ejecutores específicos, los cuales hacen referencia al factor de rendimiento técnico dentro a la estructura coordinativa, podemos ver como estos están activos en menos del 10% del tiempo de juego. En este caso, únicamente cuando el jugador está con el balón en sus pies, estructura coordinativa con relación a las Habilidades Motrices Específicas (HME). El resto de tiempo vendrá determinado por las Habilidades Motrices Básicas (HMB) y condicionales (estructura condicional).
Este es el principal motivo por el cual entendemos que el fútbol es un deporte de preferencia cognitiva (táctica). Sí entrenamos a los futbolistas estimulando la estructura cognitiva a través de un correcto diseño y desarrollo de las sesiones de entrenamiento, optimizaremos los mecanismos más utilizados durante el juego, siendo estos los de percepción y decisión.
No obstante, esto no quiere decir que descuidemos la parte coordinativa específica, ni básica de los jugadores. Será fundamental desarrollar la técnica con balón y sus HMB para que los futbolistas puedan tener el mayor dominio posible de las acciones de juego.
En conclusión, como entrenadores debemos tener en cuenta la importancia de la estructura cognitiva en el jugador para así ayudarlos a que se desarrollen en el entendimiento del juego, que en un futuro será el factor más determinante en el rendimiento de estos jugadores. Por ello, deberemos potenciar su desarrollo desde la etapa de iniciación, hasta de alto rendimiento.
