En muchas ocasiones los entrenadores conciben la sesión de entrenamiento como la fase aplicativa dentro del terreno de juego. Sin embargo, una sesión de entrenamiento empieza en el momento en que el entrenador se dispone a elaborarla sobre el papel, y termina cuando la evalúa una vez finalizada la parte práctica.
Por lo tanto, una sesión de entrenamiento es un largo proceso compuesto en su globalidad por tres fases distintas, cada una con un objetivo y finalidad concreta.
1. Planificación
La primera fase hace referencia a los aspectos que el entrenador debe de preparar antes del inicio de la sesión. Es esta fase de preparación, el entrenador debe de registrar en una plantilla diferentes aspectos como: nº de tareas a realizar, contenidos a entrenar, las diferentes variables dentro de una misma tarea, etc.
Asimismo, el entrenador también habrá de tener en cuenta otros factores, como la disponibilidad de espacio y jugadores/as, el material disponible, la duración de la sesión, entre otros aspectos.
Por lo tanto, el objetivo principal de esta primera fase, es no dejar nada a la improvisación, buscando tener bajo control todos los aspectos tangibles bajo control.
2. Realización
Esta segunda fase hace referencia a la aplicación práctica de lo previamente establecido. En otras palabras, la parte activa del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Dentro de esta fase, intervienen todos los elementos que dan verdadera riqueza al entrenamiento, y que, a su vez, son de responsabilidad directa del entrenador.
En primer lugar, cobran mucha importancia las diferentes estrategias didácticas que plantee el entrenador, ya que son, las herramientas fundamentales para transmitir los conocimientos a adquirir a los jugadores.
Por ello, la labor principal será diseñar estrategias didácticas que conduzcan al cumplimiento de las intenciones propuestas, además de respetar la esencia y especificidad del fútbol.
Al mismo tiempo, el entrenador también deberá de respetar las características propias de cada fase de aprendizaje en la que se encuentre el futbolista.
Finalmente, otra de los puntos a tener en cuenta dentro de la fase de realización, es la forma en la que transmitir la información a los futbolistas en cada momento de la sesión. Escoger un estilo de enseñanza acorde al contenido y estrategia didáctica que se utiliza, marcara la diferencia por parte del formador.
3. Evaluación
Por último, la última fase que el entrenador debe de tener en cuenta dentro de una sesión de entrenamiento, es la fase de evaluación. Esta fase nos permite realizar feed-backs que sean útiles para analizar y reflexionar acerca de la sesión, con el objetivo de mejorar en las futuras sesiones.
El entrenador deberá dedicar un tiempo a la reflexión y la autoevaluación, con la finalidad de garantizar la calidad de la enseñanza, la cual está estrechamente relacionada con la calidad de la información que previamente haya transmitido.
En definitiva, será vital reflexionar sobre los aciertos y también sobre los errores que se hayan producido, los cuales han de ser vistos como oportunidades de evidenciar y tomar conciencia sobre aquello en lo que se debe mejorar para maximizar el desarrollo de nuestros jugadores.
